La caza de la autocaravana de embargo: mi manual para encontrar un chollo (y no una ruina)

El sueño de la libertad sobre ruedas, de amanecer cada día con vistas a una playa diferente o en el corazón de un bosque, es algo que me ronda la cabeza desde hace años. Pero la realidad siempre me golpeaba al ver los precios de las autocaravanas nuevas o de segunda mano. Fue entonces cuando empecé a obsesionarme con una idea, casi una leyenda urbana para muchos: conseguir una autocaravana de embargo, un vehículo recuperado por un banco o subastado por la administración a precio de derribo. Decidí que, en lugar de soñar, iba a empezar a cazar.

Mi primer descubrimiento fue que estas «gangas» no se anuncian en los portales de venta habituales. Hay que sumergirse en un mundo completamente diferente. El principal coto de caza es el Portal de Subastas del BOE. Aquí es donde los juzgados, la Agencia Tributaria y la Seguridad Social liquidan los bienes de los deudores. Convertí en un ritual diario el entrar y filtrar por «vehículos» en la provincia de Pontevedra, con la esperanza de ver aparecer la palabra mágica: «autocaravana». Es un trabajo de paciencia, de revisar listados áridos y descripciones escuetas, pero es el canal más directo.

Paralelamente, exploré los portales de activos de los bancos, aunque es menos frecuente que listen vehículos, y otras webs de subastas especializadas. Pronto aprendí la primera y más dura lección de esta cacería: el precio de salida es solo el principio y el riesgo es enorme.

El principal problema es que, en la mayoría de los casos, compras a ciegas. Las fotos son escasas y de mala calidad, y visitar la autocaravana antes de la puja es prácticamente imposible. Estás pujando por un expediente, no por un vehículo que has podido arrancar o en el que has podido comprobar si hay humedades. Es fundamental leerse cada línea del edicto de la subasta, porque puedes encontrarte con «sorpresas» como cargas pendientes o deudas de impuestos que el nuevo propietario debe asumir. Antes de pujar, solicitar un informe completo de la DGT es un paso no negociable.

Mi conclusión, tras meses de búsqueda, es que conseguir autocaravanas de embargo baratas es posible, pero no es para cualquiera. Exige ser metódico, tener una paciencia infinita y, lo más importante, contar con un colchón económico para afrontar reparaciones imprevistas que casi con toda seguridad aparecerán. El «chollo» no está en el precio de la puja, sino en el resultado final tras ponerla a punto. Sigo en mi cacería, pero ahora con los ojos bien abiertos: busco una oportunidad, no un problema con el motor.