Tu futuro hogar, construir la casa de tus sueños

Para muchas personas, construir casa Vigo es un sueño que se alimenta durante años, un proyecto de vida que comienza mucho antes de la primera piedra y se va gestando en la mente con cada idea y deseo acumulado. Cuando decidí embarcarme en esta aventura, comprendí que no es un proceso simple ni inmediato, sino un camino lleno de elecciones estratégicas, detalles técnicos y emociones encontradas que se combinan hasta dar forma a un espacio que refleje quién eres y cómo quieres vivir.

Una de las decisiones más importantes fue elegir el terreno. No basta con encontrar una parcela bonita o con buenas vistas, también hay que analizar su orientación, el tipo de suelo, la pendiente, el acceso a servicios básicos y la normativa urbanística vigente. En Vigo, donde cada metro de suelo es un recurso valioso, descubrir que un terreno aparentemente perfecto no tiene acometida de saneamiento o está limitado por restricciones municipales puede ser un balde de agua fría. Por eso, contar con un arquitecto desde el inicio no es un lujo, es una inversión en seguridad y planificación.

La siguiente etapa fue el diseño arquitectónico, donde cada conversación con el estudio de arquitectura era una mezcla de ilusión y realismo. Es en este punto cuando los sueños se aterrizan: la idea de grandes ventanales con vistas al mar, la cocina abierta integrada con el salón y el dormitorio principal con baño privado y vestidor. Sin embargo, aquí es cuando aparecen los condicionantes técnicos y presupuestarios que obligan a priorizar lo esencial y a posponer o replantear ciertos caprichos. Y es precisamente ese equilibrio entre deseos y posibilidades el que convierte al diseño en un arte al servicio de la vida diaria.

Otro de los momentos clave al construir casa Vigo es la elección de los materiales. No solo por su valor estético, que sin duda es fundamental, sino también por su durabilidad, mantenimiento y eficiencia energética. En mi caso, aposté por carpintería de aluminio con rotura de puente térmico para asegurar aislamiento y ahorro en climatización, así como porcelánicos de alta resistencia para los suelos, que aguantan el ritmo de la familia sin perder su belleza con los años. También elegí revestimientos interiores que aportasen calidez, combinando madera en tonos claros con paredes blancas para ganar luminosidad y sensación de amplitud.

La planificación de la obra es un desafío en sí misma. Coordinar a los distintos gremios, respetar los plazos, anticipar imprevistos y controlar el presupuesto requiere experiencia y capacidad de gestión. Por eso, contar con una empresa constructora profesional y un arquitecto director de obra implicados es determinante para que la construcción avance con seguridad y dentro de las expectativas acordadas. Desde la cimentación y la estructura hasta las instalaciones eléctricas, la fontanería y los acabados, cada fase debe ejecutarse con precisión y cuidado.

A nivel personal, lo que más disfruté fue la elección de los acabados y detalles finales. Visitar las exposiciones de cerámicas, sanitarios y cocinas en Vigo era como entrar en un universo de posibilidades, donde cada pieza contaba su propia historia. Descubrí encimeras de cocina porcelánicas con aspecto de mármol pero con la resistencia del granito, griferías en negro mate que aportaban un toque contemporáneo y muebles de baño suspendidos que generaban sensación de amplitud y limpieza visual. Fue en esa etapa donde la casa comenzó a mostrar su personalidad, convirtiéndose en algo más que planos y estructuras.

Hoy, cada vez que entro en mi hogar, pienso en el camino recorrido para llegar hasta aquí. Cada rincón tiene un motivo, cada ventana fue pensada para capturar la mejor luz y cada espacio está diseñado para facilitar la vida diaria y generar bienestar. Construir casa Vigo no fue simplemente un proyecto técnico, fue un proceso emocional, creativo y práctico que me permitió materializar mis ideas, adaptándolas a un entorno cambiante y aprovechando al máximo cada metro de terreno y cada rayo de sol.